Capítulo 1.
La actitud hace al monje.
Todo es cuestión de actitud, de cómo uno camina, de cómo habla, de cómo reacciona, como se viste, etc. Todo esto en su conjunto hace del hombre un ser digno de ser visto, siempre y cuando estas actitudes cumplan con ciertos requisitos, a saber:
1.1 Sobre el caminar del Pirata.
Uno debe imponer respeto desde el caminar nomás, este debe de ser firme con la vista elevada, con la frente alta mostrando orgullo en cada paso, haciéndole saber al mundo que uno está ahí listo pa lo que venga, si es mujer mucho mejor...
Con un ligero vaivén (como quién no quiere la cosa), le conferimos a nuestro andar un ligero “touch” desprevenido que hará que la gente volteé la cabeza para vernos pasar.
Es importante resaltar en este punto, la correcta elección del calzado. No está permitido, bajo ningún punto de vista, el utilizar zapatos o zapatillas que no se adecuen de una manera casual y natural con el resto de la indumentaria. (es decir, no nos podemos poner un saco de franela y unas zapatillas de lona, nahh!). Si bien uno podrá alegar que con zapatillas de lona se está mas cómodo, pero en este capitulo no nos abocamos a la comodidad del Pirata, sino a su andar y si es preferible el caminar incómodo a romper las leyes sagradas de esta noble institución, pues a caminar incómodos muchachos, con esto no se jode.
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